La mecánica principal de Valparaíso es la programación de acciones. Todos los jugadores disponen de un mazo de cartas con las diferentes acciones que pueden realizar. Al principio de la ronda y de forma simultánea los jugadores colocan las acciones que quieren hacer en su tablero personal, en el orden correspondiente y una vez todos han terminado, las muestran y por turnos van realizando sus acciones en el orden elegido, pudiendo pagar un sobrecoste en forma de dinero para poder saltarse dicho orden.
Las acciones nos permiten obtener recursos, mover a nuestros comerciantes, comerciar, construir edificios, con distintas utilidades según donde los construyamos… a y a medida que avance la partida podremos obtener nuevas cartas con más acciones que nos darán más posibilidades a la hora de planificar y también puntos de victoria al final de la partida.
Si por algo destaca Valparaíso es por la gran interacción entre los jugadores, ya que estaremos en una disputa constante por ser los primeros en construir en un espacio determinado, obtener esa carta que necesitamos o comerciar ahora que el mercado nos es favorable. Nuestras acciones afectarán a las acciones de nuestros oponentes, encareciendo sus intercambios en los mercados o haciendo más costoso el movimiento de sus comerciantes. Todo ello mientras se aproxima el final de partida, que se produce cuando al final de una ronda algún jugador ha alcanzado los 18 puntos, por lo que será vital el estar preparados para ese momento. Ajustar bien el timing de nuestras acciones será vital para conseguir la victoria.
En definitiva Valparaíso es un eurogame de peso medio con un regusto clásico y diseño muy elegante pero con una mecánica de planificación de acciones que aunque ya usada en otros juegos no ha sido tan explotada en los últimos años y que funciona de maravilla con 4 o 5 jugadores, sobre todo si disfrutas de los juegos donde la interacción es constante y adelantarte a tus rivales puede ser la diferencia entra la victoria o la derrota.